¿Quién puede resistirse a un bolis casero cremoso, con trozos de fresas naturales y ese toque irresistible de queso crema? Los bolis de fresas con queso crema son una opción perfecta para disfrutar en días calurosos o para sorprender a tu familia con un postre fácil y delicioso. Además, son una excelente alternativa para vender y tener un ingreso extra.
En esta receta te enseñaré paso a paso cómo preparar unos bolis de fresas con queso crema que te quedarán espectaculares: cremosos, dulces en su punto y con una presentación atractiva gracias a la decoración de mermelada y fresas en trozos. Vamos a prepararlos.
¿Qué son los bolis de fresas con queso crema?
Los bolis, también conocidos como hielitos o gelatinas congeladas, son postres tradicionales que se venden en bolsas individuales. Los bolis de fresas con queso crema combinan la frescura de las fresas con la suavidad y cremosidad del queso crema, resultando en una mezcla deliciosa que encanta a niños y adultos.
Este tipo de bolis tienen una base láctea muy rica, realzada con leche condensada, leche en polvo y un toque de vainilla que potencia el sabor. Se decoran con mermelada de fresa y trocitos de fruta, lo que les da una presentación casera y muy apetecible.
Ingredientes necesarios
Base para los bolis:
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1.5 litros de leche entera
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1 lata de leche condensada (aproximadamente 397 gramos)
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4 cucharadas de leche en polvo
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1 lata de media crema (aproximadamente 225 gramos)
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1 barra de queso crema (190 gramos)
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1 cucharada de esencia de vainilla
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Azúcar al gusto (opcional, dependiendo de tu preferencia de dulzor)
Para la decoración:
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Fresas frescas al gusto, picadas en cubos pequeños
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Mermelada de fresa (cantidad necesaria para untar en las bolsitas)
Utensilios:
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Licuadora
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Bolsitas para bolis o hielitos
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Embudo (opcional, pero facilita el llenado)
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Cucharita para colocar las fresas
Procedimiento paso a paso
Paso 1: Preparar la mezcla base
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Coloca en la licuadora la leche entera, la leche condensada, la leche en polvo, la media crema, el queso crema y la esencia de vainilla.
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Licúa todo perfectamente hasta obtener una mezcla homogénea y muy cremosa.
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Prueba la mezcla y, si lo consideras necesario, añade un poco de azúcar al gusto. Vuelve a licuar para integrar.
El resultado debe ser una mezcla espesa, de sabor dulce y con un ligero aroma a vainilla y fresas.
Paso 2: Preparar las bolsitas
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Toma las bolsitas para bolis y con ayuda de una cucharita, unta un poco de mermelada de fresa en el interior de cada bolsa, haciendo movimientos irregulares para darle un efecto marmoleado decorativo.
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Añade algunos cubitos de fresa fresca en cada bolsa. No coloques demasiados para no dificultar el llenado.
Este detalle no solo embellece los bolis, sino que también le aporta textura y un sabor extra a fruta natural.
Paso 3: Llenar las bolsas
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Con ayuda de un embudo o directamente vertiendo con cuidado, llena las bolsitas con la mezcla licuada, dejando aproximadamente 2 cm libres en la parte superior para poder amarrarlas o sellarlas.
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Asegúrate de que los trocitos de fresa queden distribuidos de manera uniforme en la bolsa.
Paso 4: Congelar
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Coloca todos los bolis en posición vertical dentro del congelador.
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Déjalos congelar al menos 6 horas, aunque lo ideal es de un día para otro, para asegurarte de que estén completamente firmes.
Consejos útiles para unos bolis perfectos
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Calidad de las fresas: Usa fresas maduras, firmes y de buen tamaño. Evita las que estén muy blandas o pasadas para que no suelten demasiada agua.
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Queso crema a temperatura ambiente: Asegúrate de que el queso crema esté suave antes de licuar para evitar grumos en la mezcla.
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Azúcar moderada: Recuerda que la leche condensada ya aporta bastante dulzor, por lo que añade azúcar solo si realmente lo necesitas.
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Variedades: Puedes sustituir la mermelada de fresa por mermelada de frutos rojos o mango para dar un toque diferente a tus bolis.
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Bolsitas resistentes: Usa bolsas especiales para bolis o hielitos, ya que soportan mejor el proceso de congelación sin romperse.
¿Cómo presentar o vender los bolis?
Si planeas vender estos deliciosos bolis, te recomiendo presentarlos de manera atractiva:
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Etiqueta: Puedes colocar una etiqueta sencilla indicando el sabor, los ingredientes y la fecha de elaboración.
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Congelación adecuada: Siempre mantenlos congelados y ofrécelos bien fríos para que se mantengan firmes.
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Precio sugerido: Dependiendo del tamaño, ingredientes y presentación, puedes vender cada bolis a un precio competitivo en tu zona.
Estos bolis de fresas con queso crema son una excelente opción para eventos, ventas escolares o simplemente para consentir a tu familia.
Variaciones de la receta
Si deseas experimentar un poco, aquí tienes algunas ideas para darle un giro a esta receta:
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Bolis de frutos rojos: Sustituye las fresas por una mezcla de moras, arándanos y frambuesas.
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Bolis de mango: Usa mango natural picado y mermelada de mango.
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Bolis sin azúcar: Para una versión más ligera, omite el azúcar adicional y usa una leche condensada light.
Preguntas frecuentes
¿Se puede hacer esta receta sin queso crema?
Sí, pero el queso crema aporta una textura cremosa muy especial. Si lo omites, podrías usar más media crema para lograr una consistencia similar, aunque el sabor variará un poco.
¿Cuánto duran los bolis en el congelador?
Bien almacenados en el congelador, pueden durar hasta 2 meses sin perder sabor ni textura.
¿Puedo usar leche deslactosada o vegetal?
Sí, pero la textura final será ligeramente diferente. La leche entera aporta más cuerpo y cremosidad.
¿Qué tamaño de bolsa se recomienda?
Lo ideal son bolsitas de entre 5 y 7 cm de ancho y unos 20 cm de largo, pero puedes adaptarlo según tus necesidades.
Conclusión
Preparar bolis de fresas con queso crema en casa es una forma divertida, fácil y deliciosa de refrescarse. Esta receta combina lo mejor de dos mundos: la frescura de las fresas y la cremosidad del queso, resultando en un postre que conquista a todos desde el primer bocado. Además, es una excelente idea para emprendimiento, ya que los bolis caseros siempre son bien recibidos.
Ahora que tienes la receta completa, anímate a prepararlos, personalizarlos y compartirlos con tu familia o tus clientes. El sabor, la textura y la presentación harán que todos quieran repetir.