🥖 Semitas Integrales Caseras – Pan Dulce Mexicano con Piloncillo y Mucho Sabor

Las semitas integrales son una deliciosa joya de la panadería tradicional mexicana. Con su inconfundible forma redonda, su textura suave y el toque dulce del piloncillo espolvoreado encima, estas piezas de pan no solo son reconfortantes, sino también más saludables al estar elaboradas con harina de trigo integral.

En esta receta casera, te enseñamos paso a paso cómo hacerlas en casa de manera sencilla, usando ingredientes económicos, con un resultado auténtico, suave, ligeramente pegajoso y lleno de sabor. ¡Perfectas para acompañar un cafecito por la mañana o como merienda nutritiva!


Por qué te encantará esta receta

Si te gusta el pan hecho en casa, esta receta te va a fascinar por muchas razones:

  • Hechas con harina integral, por lo que son más ricas en fibra y más saciantes que el pan blanco.

  • Tienen un toque dulce natural del piloncillo, sin necesidad de rellenos ni coberturas pesadas.

  • No necesitas batidora ni equipo profesional: solo tus manos y mucho amor.

  • Su textura es suave, rústica y ligeramente pegajosa, como debe ser una buena semita.

  • Se pueden preparar con o sin piloncillo, lo que las hace muy versátiles.





Ingredientes

Para unas 20 a 24 semitas medianas, necesitarás:

  • 1 kilo de harina de trigo integral

  • 200 g de azúcar

  • 2 huevos

  • 22 g de levadura seca activa (o 1 sobre y medio)

  • 700 ml de agua tibia

  • 120 g de manteca vegetal

  • 1 cono de piloncillo (aproximadamente 250 g)

  • 2 cucharadas de harina de trigo (para el piloncillo molido)

💡 Tip: Si deseas una versión más rústica, puedes mezclar mitad harina integral y mitad harina blanca.





Instrucciones paso a paso

1. Preparar la masa

  1. En un recipiente grande, coloca el kilo de harina integral y forma un hueco en el centro.

  2. En ese hueco, agrega el azúcar, los huevos y la levadura.

  3. Revuelve con tu mano desde el centro, poco a poco, disolviendo la levadura e integrando parte de la harina.

  4. Comienza a agregar el agua tibia poco a poco, mientras vas incorporando la harina de los bordes hacia el centro. Notarás que la masa queda algo floja, pero ¡así debe ser! La harina absorberá parte de esa humedad durante el reposo.

  5. Ahora, añade la manteca vegetal y empieza a amasar con ambas manos. Al principio estará pegajosa, pero conforme la trabajes se irá integrando todo.

  6. Cuando esté lista, la masa debe quedar suave, un poco suelta y ligeramente pegajosa, no seca ni firme. Si se te pega en las manos, espolvorea un poco de harina o engrásate ligeramente con aceite para poder manipularla.

2. Primer reposo

  1. Coloca la masa en el recipiente, cúbrela con una bolsa o servilleta y déjala reposar en un lugar cálido.

  2. Deja fermentar por unos 20 minutos, o hasta que veas que la masa ha aumentado casi al doble su volumen.


Formado de las semitas

3. Formar bolitas

  1. Unta un poco de aceite en tus manos para facilitar el corte de porciones.

  2. Ve tomando porciones de la masa y formando bolitas del tamaño que prefieras (pueden ser grandes como una concha o pequeñas como galletas).

  3. Coloca las bolitas en una charola engrasada o con papel encerado, dejando unos 3 cm de separación entre cada una.

  4. Con la mano aún con aceite, aplásta las bolitas suavemente para darles forma redondeada, como si formaras una gordita gruesa.

4. Segundo reposo

  1. Deja las semitas reposar en la charola unos 15 minutos más. Durante este tiempo, volverán a esponjarse un poco.





Preparar el piloncillo

Mientras las semitas reposan, es momento de preparar el toque final:

  1. Toma el cono de piloncillo y tritúralo con una piedra de cocina, rodillo o un mortero. También puedes rallarlo con cuidado.

  2. Una vez desmenuzado, mézclalo con las 2 cucharadas de harina de trigo para que se adhiera mejor al pan y no se derrita completamente en el horno.


Horneado

  1. Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) durante 10 minutos.

  2. Con cuidado, coloca un poco de la mezcla de piloncillo y harina sobre cada semita.

  3. Hornea durante 15 a 20 minutos, o hasta que estén doradas por encima y por debajo.

  4. Retira del horno, deja enfriar unos minutos… ¡y disfruta ese aroma tan tradicional y reconfortante!


Consejos para servir y conservar

Cómo servirlas:

  • Son perfectas recién horneadas, tibias, acompañadas con leche caliente o café.

  • También puedes abrirlas y agregar un poco de nata o mermelada casera para darles un toque especial.

  • Si las dejas sin piloncillo, puedes usarlas incluso como panecillo para acompañar platillos salados.

Cómo conservarlas:

  • Guarda las semitas en una bolsa hermética o recipiente cerrado. Duran bien por 3 a 4 días a temperatura ambiente.

  • También puedes congelarlas, y al momento de consumir, solo caliéntalas unos segundos en microondas.


Tiempos y porciones

⏱️ Preparación total (incluyendo reposos): 1 hora y 40 minutos
🔥 Horneado: 15-20 minutos
🍽️ Rinde: 20 a 24 semitas medianas


Notas útiles

  • Si quieres una semita más suave, agrega 1 cucharada extra de manteca.

  • Para una textura más esponjosa, extiende el primer reposo a 40 minutos si tu cocina está fría.

  • Si no consigues piloncillo, puedes usar azúcar moreno mascabado, aunque el sabor será ligeramente distinto.

  • Esta receta no lleva leche ni mantequilla, por lo que es ideal para quienes buscan opciones sin lácteos.





Preguntas frecuentes

¿Puedo hacerlas solo con harina blanca?
Sí, aunque dejarán de ser integrales. Puedes usar mitad y mitad para una textura más suave.

¿Puedo sustituir la manteca vegetal por aceite?
Sí, aunque la textura será un poco diferente. Usa 90 ml de aceite vegetal.

¿La masa debe amasar mucho?
No tanto como el pan blanco. Basta con integrar bien y amasar unos 8 a 10 minutos.

¿Puedo omitir los huevos?
Sí, pero la masa quedará un poco menos esponjosa. Puedes agregar 1 cucharada de linaza molida con agua como sustituto.


Conclusión

Las semitas integrales caseras son una forma maravillosa de reconectar con la tradición, disfrutar de un pan dulce auténtico y cuidar nuestra alimentación al mismo tiempo. Tienen esa textura suave, rústica y ese sabor dulcecito que nos remonta a las cocinas de antes… hechas con las manos, con tiempo, y con cariño.

Anímate a prepararlas en casa y disfruta el delicioso aroma que inunda tu cocina mientras horneas. ¡Una receta que nutre el cuerpo y el corazón!

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