Una delicia suave, cremosa y sin complicaciones. ¡Ideal para celebraciones, reuniones o simplemente para darte un capricho dulce!
🥰 Por qué te encantará esta receta
Si eres amante de los postres cremosos, dulces y fáciles de preparar, esta tarta de chocolate blanco y galletas sin horno se convertirá en una de tus favoritas. No solo es rápida y económica, sino que además no necesitas encender el horno, lo que la convierte en una opción perfecta para días calurosos o cuando simplemente no quieres complicarte.
Lo mejor de todo es su textura: suave, cremosa y delicadamente dulce, con una base crujiente que contrasta a la perfección con la crema de chocolate blanco. Es una receta ideal para cumpleaños, reuniones familiares, cenas especiales o para darte ese antojo dulce que tanto mereces.
Además, se puede personalizar fácilmente con tus toppings favoritos: frutas rojas, virutas de chocolate, galletas trituradas o sirope. ¿Necesitas más razones para probarla?
📝 Ingredientes
Para la base:
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150 g de galletas tipo María
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60 g de mantequilla derretida
Para la crema:
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200 g de chocolate blanco (de buena calidad, troceado)
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300 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
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300 ml de leche
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1 sobre de cuajada (unos 12 g)
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50 g de azúcar (opcional, según lo dulce que sea el chocolate)
Para decorar (opcional):
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Virutas de chocolate
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Galletas trituradas
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Frutas rojas o sirope de fresa
👩🍳 Instrucciones paso a paso
1️⃣ Preparar la base
Comienza triturando las galletas tipo María hasta obtener una textura arenosa. Puedes hacerlo en una picadora o introduciéndolas en una bolsa y aplastándolas con un rodillo. Luego, mezcla las migas con la mantequilla derretida hasta obtener una masa homogénea.
Forra la base de un molde desmontable (18-22 cm) con esta mezcla, presionando bien con una cuchara o el dorso de un vaso para que quede compacta. Guarda en la nevera mientras preparas la crema.
2️⃣ Derretir el chocolate
En una cacerola, calienta a fuego medio la nata y la leche. Añade el chocolate blanco troceado y remueve constantemente hasta que se derrita por completo. Es importante no dejar que hierva para evitar que se corte.
3️⃣ Añadir la cuajada
Disuelve el sobre de cuajada en un par de cucharadas de leche fría y agrégalo a la mezcla caliente. Continúa removiendo durante unos minutos hasta que veas que la mezcla espesa ligeramente. Esto garantizará que la tarta cuaje bien al enfriar.
4️⃣ Montar la tarta
Vierte la crema caliente sobre la base de galletas con mucho cuidado. Puedes usar el dorso de una cuchara para ayudar a que la mezcla caiga suavemente y no levante la base. Da unos golpecitos suaves al molde sobre la encimera para eliminar posibles burbujas de aire.
5️⃣ Refrigerar
Deja que la tarta repose a temperatura ambiente durante unos 15 minutos, luego métela en la nevera. Necesita un mínimo de 4 a 6 horas para cuajar bien, aunque lo ideal es dejarla toda la noche. La espera valdrá la pena, ¡te lo aseguro!
6️⃣ Decorar y servir
Desmolda con cuidado y decora al gusto. Puedes espolvorear virutas de chocolate blanco, trozos de galleta, frutas del bosque frescas o un chorrito de sirope de fresa. ¡Sirve bien fría y disfruta de cada bocado!
🍽 Consejos para servir y almacenar
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Servir: Esta tarta se disfruta mejor bien fría. Sírvela en porciones generosas, acompañada de un café o una infusión. Si la has decorado con frutas frescas, lo ideal es consumirla el mismo día para mantener la frescura.
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Almacenamiento: Puedes conservar la tarta en la nevera, bien tapada con film transparente o en un recipiente hermético, durante 3-4 días. No es recomendable congelarla, ya que la textura cremosa podría perderse al descongelar.
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Decoración creativa: Prueba con ralladura de lima o naranja para dar un toque cítrico. También puedes añadir unas hojas de menta fresca para decorar y aportar aroma.
💡 Notas útiles
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Chocolate blanco: Utiliza un chocolate blanco de buena calidad, ya que es el protagonista del sabor. Si es muy dulce, puedes omitir el azúcar adicional.
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Cuajada: Es clave para lograr una textura firme. Si no tienes cuajada, puedes sustituirla por gelatina neutra (7-8 g disueltos en un poco de leche caliente), aunque la textura variará ligeramente.
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Molde desmontable: Es ideal para conseguir un desmoldado limpio y una presentación perfecta. Si no tienes uno, puedes usar un molde normal forrado con papel de horno para facilitar el desmoldeo.
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Versión sin lactosa: Puedes adaptar esta receta usando chocolate blanco sin lactosa, nata vegetal y leche sin lactosa. El sabor sigue siendo delicioso.
❓ Preguntas frecuentes
¿Puedo sustituir las galletas María por otra variedad?
¡Claro! Puedes usar galletas Digestive, de avena o incluso galletas de chocolate para una base más intensa. Lo importante es que se compacten bien con la mantequilla.
¿Qué pasa si no encuentro cuajada?
Puedes sustituirla por 7-8 gramos de gelatina neutra en polvo disueltos en un poco de leche caliente, aunque el resultado será menos denso. También puedes usar fécula de maíz como espesante, aunque no cuajará igual de firme.
¿Se puede hacer sin azúcar?
Sí. Si el chocolate blanco que usas ya es muy dulce, puedes omitir el azúcar sin problema. Prueba la mezcla antes de añadirlo para ajustar el dulzor a tu gusto.
¿Puedo prepararla con antelación?
¡Sí! De hecho, queda mejor si la preparas el día anterior, ya que al dejarla reposar toda la noche en la nevera adquiere una textura más firme y un sabor más intenso.
🏁 Conclusión
La tarta de chocolate blanco y galletas sin horno es una de esas recetas que combinan lo mejor del mundo dulce: es fácil, económica, no necesita horno y siempre queda bien. Es perfecta tanto para reposteros novatos como para los que buscan sorprender sin pasar horas en la cocina.
Cada cucharada es una mezcla deliciosa de textura cremosa y base crujiente, con el sabor delicado del chocolate blanco como protagonista. Anímate a probarla, decórala a tu estilo y haz que cada ocasión especial (¡o un día cualquiera!) sea más dulce.
¿Te animas a prepararla hoy? ¡Cuéntanos cómo te quedó y comparte la receta con tus seres queridos!